miércoles, 21 de marzo de 2012

A 36 años del genocidio de la dictadura militar: Seguimos luchando por el país que ellos soñaron


Enlazando las luchas de ayer y hoy:
Juicio y castigo, cárcel a todos los genocidas. 
No a la Ley Antiterrorista

Hace 36 años nuestro pueblo y sus sueños de justicia e igualdad sufrieron uno de los golpes más duros y trágicos. El pacto genocida sellado entre militares, empresas transnacionales, medios de comunicación y civiles vinculados a los intereses de estos sectores, ideó y ejecutó un verdadero plan criminal.

Las atrocidades cometidas durante ese período, después de décadas de luchas, han salido a la luz y hoy nadie las puede negar. La tortura ilimitada, la apropiación de bebés, la desaparición forzada de personas y un sinfín de vejaciones al género humano, fueron las acciones dilectas en la implantación del terror en la sociedad como método necesario para lograr, como señaló Rodolfo Walsh,  transformar la estructura económica y social de nuestro país.

Para llevar adelante esta transformación de la sociedad, estos sectores debieron destruir un proyecto de sociedad justo, digno y soberano; proyecto que anidaba en los corazones, los sueños y los cuerpos de millones de compañeros y compañeras que dieron su vida por realizarlo. Hizo falta mucha sangre y mucha saña para hacer triunfar un modelo de saqueo, acumulación y concentración de la riqueza, que provocó innumerables pérdidas para el pueblo trabajador. La salud, la educación, los derechos laborales, los transportes, dejaron de ser derechos de todos para convertirse en negocio de pocos, embargando el futuro de generaciones.

Y si bien después de mucha lucha pudo recuperarse la democracia, los gobiernos que se sucedieron profundizaron este modelo de desigualdad; hasta que el pueblo en las calles le puso un freno a estas políticas en diciembre del 2001, donde el grito de “que se vayan todos” se escuchó en todos los rincones del país.

Las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 marcaron un quiebre en nuestro país. La llama encendida por las luchas protagonizadas por nuestro pueblo puso un freno a las políticas de ajuste que se venían desarrollando desde la dictadura, y  marcó un nuevo parámetro para el que quisiera gobernar el país. Es así que debieron ser incorporadas demandas históricas sostenidas por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y la sociedad en su conjunto en relación a la justicia con las atrocidades cometidas por los genocidas, a la vez que, también, dejó de ser posible gobernar a espaldas del pueblo, por lo que debió ser un tema de agenda permanente la mejora de las condiciones de vida en la sociedad.

Y, si bien reconocemos que se han mejorado estas condiciones en relación a las primeras décadas democráticas, es necesario decir que no se ha transformado de raíz el proyecto desigual e injusto que la dictadura instaló a sangre y fuego. 

No se ha desmantelado el aparato represivo de las fuerzas de seguridad, y el gatillo fácil se ha cobrado centenares de víctimas: la persecución a los luchadores sociales no ha parado de crecer, la desaparición de Luciano Arruga en las garras de la maldita policía, la siniestra complicidad entre sindicalistas mafiosos, políticos y policías en el asesinato de Mariano Ferreyra, las represiones en el Parque Indoamericano, a los hermanos Qom en Formosa y a los pobladores de Ledesma en Jujuy ante los reclamos del derecho a la tierra y la vivienda, el terrible choque del ferrocarril Sarmiento que expresa el compromiso criminal del Estado actual con las nefastas privatizaciones de los ’90, son solo algunos hechos que marcan una clara continuidad  con el modelo de país que se gestó durante la dictadura. 

Y como si esto fuera poco, nos encontramos con la sanción de una Ley Antiterrorista, digna hija de una sociedad que vive patas arriba, en la que se afirma que los que luchamos por nuestros derechos y contra las injusticias somos los que causamos el terror en la sociedad. Ley que además de ser sancionada, ya fue aplicada en la provincia de Catamarca, donde toda la población se encuentra luchando de pie contra la Megamineria y el saqueo de los bienes comunes. Allí, hace un mes, integrantes de las Asambleas fueron reprimidos y judicializados bajo los cargos de “terrorismo”.

Entendemos que el horizonte de nuestras luchas debe ser el de construir el proyecto de país que los 30000 compañerxs soñaron, pero para eso es indispensable que se haga justicia con los asesinos del pasado. Una foto actual de las causas contra los genocidas nos demuestra que no alcanza con descolgar el cuadro de Videla y algunos juicios a personajes de renombre. Existen hoy más de 1763 procesados, de los cuales sólo 212 han sido condenados, y mientras la justicia viaja en tortuga para los genocidas y cómplices, sufrimos las consecuencias del accionar de estos asesinos, como lo demuestra la terrible desaparición de Jorge Julio López.

 En este marco de responsabilidades y complicidades con la dictadura, no podemos dejar de señalar que en nuestra ciudad gobierna una alianza integrada, entre varios partidos, por el que condujo la ciudad en la última dictadura. Nos preocupa profundamente que personajes que hayan participado en esos oscuros años integren la actual alianza de gobierno, afirmamos que no permitiremos que ejerzan cargos públicos, y que si así fuera deben renunciar inmediatamente.

Así como señalamos que no se ha transformado de raíz el modelo de país impuesto durante la última dictadura militar, entendemos que nuestra ciudad no escapa a las condiciones de injusticia y de violación permanente a los derechos que como pueblo merecemos. Los sistemas públicos de salud y educación (mas allá del esfuerzo enorme de sus trabajadores) no logran brindar respuestas acordes a las demandas de la zona; el modelo productivo agropecuario fumiga a vecinos junto con los campos de soja, atentando contra la salud de todos; la situación habitacional de las mayorías está a punto de estallar, con precios de alquileres, lotes y viviendas por las nubes y más de 3500 familias que no tienen acceso al derecho a la vivienda; con jóvenes que ven apagarse sus vidas en manos de la policía, las redes de manejo de drogas o bandas de nenes privilegiados que los matan a golpes, como fue el caso de Jeremías, para el que exigimos inmediata justicia.

Con el ejemplo vivo de los organismos de derechos humanos, las madres, los hijos, las abuelas, los familiares y amigos; sabiendo que la sangre derramada no será negociada, que lo imposible solo tarda un poco más, creemos firmemente que la única forma de revertir esta situación es construyendo poder del pueblo y organizándonos desde abajo, continuando los sueños de todos los luchadores que dieron su vida por un país justo, digno y soberano.


Exigimos:

Juicio y castigo con cumplimiento real y efectivo en cárceles comunes para todos los genocidas y cómplices de la última dictadura militar.

Apertura de todos los archivos de la dictadura

Ninguna persona que haya sido parte del gobierno local durante la dictadura puede ejercer funciones públicas en la actualidad.

Aparición con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga.
Cárcel para los asesinos de Mariano Ferreyra

Justicia por Jeremías.

Basta de reprimir y judicializar a los que luchan. 
NO a la Ley Antiterrorista


No dejaremos de luchar por una sociedad mas justa y digna, nuestro mejor homenaje hoy es seguir trabajando para construirla.

30000 compañerxs desaparecidos Presentes
Jorge Julio López Presente
Luciano Arruga Presente
Mariano Ferreyra Presente
Jeremías Presente
Ahora y siempre!!!

Convocamos a todos a participar de la movilización que se llevará a cabo el Sábado 24 de Marzo desde Congreso hasta Plaza de Mayo.
Saldremos a las 12 30 hs de la Universidad de Lujan.

Firman:
Proyecto Sur Lujan
Central de Trabajadores Argentinos
Lujan 2 Ciudades
Movimiento Artístico Juvenil
MTC-MIA. Frente Popular Darío Santillán
Movimiento de Participación Popular
Frente Universitario de Lujan
Agrupación Estudiantil Marchemos
Jubilados Solidarios y Combativos
Artistas y Vecinos Independientes