Enlazando las luchas de ayer
y hoy:
Juicio y castigo, cárcel a
todos los genocidas.
No a la Ley
Antiterrorista
Hace 36 años
nuestro pueblo y sus sueños de justicia e igualdad sufrieron uno de los golpes más
duros y trágicos. El pacto genocida sellado entre militares, empresas
transnacionales, medios de comunicación y civiles vinculados a los intereses de
estos sectores, ideó y ejecutó un verdadero plan criminal.
Las atrocidades
cometidas durante ese período, después de décadas de luchas, han salido a la
luz y hoy nadie las puede negar. La tortura ilimitada, la apropiación de bebés,
la desaparición forzada de personas y un sinfín de vejaciones al género humano,
fueron las acciones dilectas en la implantación del terror en la sociedad como
método necesario para lograr, como señaló Rodolfo Walsh, transformar la estructura económica y social
de nuestro país.
Para llevar
adelante esta transformación de la sociedad, estos sectores debieron destruir
un proyecto de sociedad justo, digno y soberano; proyecto que anidaba en los
corazones, los sueños y los cuerpos de millones de compañeros y compañeras que
dieron su vida por realizarlo. Hizo falta mucha sangre y mucha saña para hacer
triunfar un modelo de saqueo, acumulación y concentración de la riqueza, que
provocó innumerables pérdidas para el pueblo trabajador. La salud, la
educación, los derechos laborales, los transportes, dejaron de ser derechos de
todos para convertirse en negocio de pocos, embargando el futuro de
generaciones.
Y si bien
después de mucha lucha pudo recuperarse la democracia, los gobiernos que se
sucedieron profundizaron este modelo de desigualdad; hasta que el pueblo en las
calles le puso un freno a estas políticas en diciembre del 2001, donde el grito
de “que se vayan todos” se escuchó en todos los rincones del país.
Las históricas
jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 marcaron un quiebre en nuestro país.
La llama encendida por las luchas protagonizadas por nuestro pueblo puso un
freno a las políticas de ajuste que se venían desarrollando desde la dictadura,
y marcó un nuevo parámetro para el que
quisiera gobernar el país. Es así que debieron ser incorporadas demandas históricas
sostenidas por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y la
sociedad en su conjunto en relación a la justicia con las atrocidades cometidas
por los genocidas, a la vez que, también, dejó de ser posible gobernar a
espaldas del pueblo, por lo que debió ser un tema de agenda permanente la
mejora de las condiciones de vida en la sociedad.
Y, si bien
reconocemos que se han mejorado estas condiciones en relación a las primeras décadas
democráticas, es necesario decir que no se ha transformado de raíz el proyecto desigual
e injusto que la dictadura instaló a sangre y fuego.
No se ha
desmantelado el aparato represivo de las fuerzas de seguridad, y el gatillo
fácil se ha cobrado centenares de víctimas: la persecución a los luchadores
sociales no ha parado de crecer, la desaparición de Luciano Arruga en las
garras de la maldita policía, la siniestra complicidad entre sindicalistas
mafiosos, políticos y policías en el asesinato de Mariano Ferreyra, las
represiones en el Parque Indoamericano, a los hermanos Qom en Formosa y a los
pobladores de Ledesma en Jujuy ante los reclamos del derecho a la tierra y la
vivienda, el terrible choque del ferrocarril Sarmiento que expresa el
compromiso criminal del Estado actual con las nefastas privatizaciones de los
’90, son solo algunos hechos que marcan una clara continuidad con el modelo de país que se gestó durante la
dictadura.
Y como si esto
fuera poco, nos encontramos con la sanción de una Ley Antiterrorista, digna
hija de una sociedad que vive patas arriba, en la que se afirma que los que
luchamos por nuestros derechos y contra las injusticias somos los que causamos
el terror en la sociedad. Ley que además de ser sancionada, ya fue aplicada en
la provincia de Catamarca, donde toda la población se encuentra luchando de pie
contra la Megamineria
y el saqueo de los bienes comunes. Allí, hace un mes, integrantes de las
Asambleas fueron reprimidos y judicializados bajo los cargos de “terrorismo”.
Entendemos que
el horizonte de nuestras luchas debe ser el de construir el proyecto de país
que los 30000 compañerxs soñaron, pero para eso es indispensable que se haga
justicia con los asesinos del pasado. Una foto actual de las causas contra los
genocidas nos demuestra que no alcanza con descolgar el cuadro de Videla y
algunos juicios a personajes de renombre. Existen hoy más de 1763 procesados,
de los cuales sólo 212 han sido condenados, y mientras la justicia viaja en
tortuga para los genocidas y cómplices, sufrimos las consecuencias del accionar
de estos asesinos, como lo demuestra la terrible desaparición de Jorge Julio López.
En este marco de responsabilidades y
complicidades con la dictadura, no podemos dejar de señalar que en nuestra
ciudad gobierna una alianza integrada, entre varios partidos, por el que
condujo la ciudad en la última dictadura. Nos preocupa profundamente que
personajes que hayan participado en esos oscuros años integren la actual
alianza de gobierno, afirmamos que no permitiremos que ejerzan cargos públicos,
y que si así fuera deben renunciar inmediatamente.
Así como
señalamos que no se ha transformado de raíz el modelo de país impuesto durante
la última dictadura militar, entendemos que nuestra ciudad no escapa a las
condiciones de injusticia y de violación permanente a los derechos que como
pueblo merecemos. Los sistemas públicos de salud y educación (mas allá del
esfuerzo enorme de sus trabajadores) no logran brindar respuestas acordes a las
demandas de la zona; el modelo productivo agropecuario fumiga a vecinos junto
con los campos de soja, atentando contra la salud de todos; la situación
habitacional de las mayorías está a punto de estallar, con precios de
alquileres, lotes y viviendas por las nubes y más de 3500 familias que no
tienen acceso al derecho a la vivienda; con jóvenes que ven apagarse sus vidas
en manos de la policía, las redes de manejo de drogas o bandas de nenes
privilegiados que los matan a golpes, como fue el caso de Jeremías, para el que
exigimos inmediata justicia.
Con el ejemplo
vivo de los organismos de derechos humanos, las madres, los hijos, las abuelas,
los familiares y amigos; sabiendo que la sangre derramada no será negociada,
que lo imposible solo tarda un poco más, creemos firmemente que la única forma
de revertir esta situación es construyendo poder del pueblo y organizándonos
desde abajo, continuando los sueños de todos los luchadores que dieron su vida
por un país justo, digno y soberano.
Exigimos:
Juicio
y castigo con cumplimiento real y efectivo en cárceles comunes para todos los
genocidas y cómplices de la última dictadura militar.
Apertura
de todos los archivos de la dictadura
Ninguna
persona que haya sido parte del gobierno local durante la dictadura puede
ejercer funciones públicas en la actualidad.
Aparición
con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga.
Cárcel
para los asesinos de Mariano Ferreyra
Justicia
por Jeremías.
Basta
de reprimir y judicializar a los que luchan.
NO a la Ley Antiterrorista
NO a la Ley Antiterrorista
No
dejaremos de luchar por una sociedad mas justa y digna, nuestro mejor homenaje
hoy es seguir trabajando para construirla.
30000
compañerxs desaparecidos Presentes
Jorge
Julio López Presente
Luciano
Arruga Presente
Mariano
Ferreyra Presente
Jeremías
Presente
Ahora
y siempre!!!
Convocamos
a todos a participar de la movilización que se llevará a cabo el Sábado 24 de
Marzo desde Congreso hasta Plaza de Mayo.
Saldremos
a las 12 30 hs de la Universidad
de Lujan.
Firman:
Proyecto Sur Lujan
Central de Trabajadores Argentinos
Lujan 2 Ciudades
Movimiento Artístico Juvenil
MTC-MIA. Frente Popular Darío Santillán
Movimiento de Participación Popular
Frente Universitario de Lujan
Agrupación Estudiantil Marchemos
Jubilados Solidarios y Combativos
Artistas y Vecinos Independientes