miércoles, 14 de noviembre de 2012

ANTE EL 8/N ¡Ni vivimos con 6$, ni hacemos cacerolazos con Essen!

En los últimos meses venimos asistiendo en el escenario nacional a un reacomodamiento de sectores sociales, políticos y sindicales aglutinados en  torno a la proyección de una alternativa conservadora frente al “populismo” kirchnerista. En este contexto se han desarrollado algunas manifestaciones y cacerolazos protagonizados fundamentalmente por sectores medios y altos. Aunque no podemos, como hace el Gobierno, caracterizar en bloque e indiscriminadamente a todos los manifestantes como golpistas o fascistas, es clara la orientación antipopular y reaccionaria de estas expresiones.



Las cacerolas que estos días salen a la calle poco que ver tienen con aquellas de 2001. Bajo la consigna “piquete y cacerola, la lucha es una sola”, las cacerolas expresaron en aquel tiempo el hastío ante el modelo neoliberal y el reclamo de medidas populares. Hoy, por el contrario, se concentran en criticar por derecha al Gobierno, cuestionando programas sociales o los intentos de mayor regulación estatal de ciertas áreas del mercado. Así, en base a rechazar los intentos de re-reelección o los visibles casos de corrupción, se esconde un programa económico y social aún más regresivo para las mayorías populares que el kirchnerismo. Por ello, no es de extrañar que estas cacerolas critiquen a procesos políticos de la región - como Cuba o Venezuela - que, con sus limitaciones, buscan responder a reivindicaciones populares y conformarse como una alternativa al imperialismo y al neoliberalismo.  Expresión de todo esto es la organización del cacerolazo espontáneo del 8N, al cual repudiamos en tanto maniobra derechista y pro-imperialista. Más allá de las diferentes posibles consideraciones sobre el proceso bolivariano, es evidente que la victoria del presidente Hugo Chávez en las elecciones venezolanas hizo que se le salte la cadena a los reaccionarios de todas las latitudes. Así lo expresó, por ejemplo, el apoyo directo de Macri y el grupo Clarín al opositor Capriles y su posterior frustración.