El pueblo de Merlo vivió un acontecimiento sin
precedentes el pasado 10 de diciembre. Más de 500 personas marcharon en
el día mundial por los derechos humanos con una consigna abrazadora, que
nuclea al conjunto de la población: Que en Merlo se respeten las
garantías democráticas. La importancia de la fecha no solo remite su
relevancia a nivel global, sino en el contexto donde se desarrolló dicho
evento, el feudo en donde es amo y señor Raúl Othacehe (FPV-PJ). A
instancias del Espacio por la Democracia en Merlo y bajo el lema “Por
una democracia sin miedo” una extensa columna recorrió la principal
avenida Del Libertador para sostener y reforzar su reclamo para que en
el municipio se respeten las libertades democráticas básicas,
esenciales, que no parecen estar en la agenda del intendente desde hace
ya mas de veinte años.
La concentración se
caracterizó por la mixtura en la convocatoria que sostuvieron diferentes
agrupaciones políticas, movimientos sociales, hombres de fe y vecinos
de a pie de la localidad (rasgo distintivo del EPDM), además del
colorido y “mística” que imprimieron los diferentes colectivos
culturales de la zona. Luego la caravana se dirigió a la plaza de 25 de
mayo y Av. Calle Real donde se emplazaron stands de las distintas
organizaciones que constituyen la multisectorial convocante, además de
bandas en vivo y proyecciones en video.
El suceso detenta una magnitud enorme por haberse
realizado en un estado de excepción en, quizás, todo el territorio
nacional, donde los recursos del estado se utilizan para perseguir,
difamar y patotear a toda expresión que se encuentre por fuera de lo que
la intendencia designa. Mientras la presidente Cristina Fernández, el
mismo dia en su asunción, se floreaba hablando de las deudas saldadas de
su gestión, es la misma quien apaña y señala como modelo de lealtad al
intendente de Merlo. Aunque exista y persista esa grosera contradicción,
los merlenses seguiremos luchando para recuperar la plena vigencia de
nuestros derechos ciudadanos.