jueves, 29 de septiembre de 2011

La tierra y la vida no son un negocio Construyamos una ciudad justa y digna


Se agradece su difusión
Luján, 28 de Septiembre de 2011

La tierra y la vida no son un negocio
Construyamos una ciudad justa y digna


Organizaciones, vecinos, estudiantes y artistas movilizaremos este viernes 30 de septiembre al Municipio para entregar propuestas de trabajo que, entendemos, son respuestas a problemas de suma importancia que afectan a todos los vecinos de nuestra ciudad.

En la actualidad Luján no es una sola, como muchos creen y otros predican; con el correr de los años se ha profundizado un modelo de ciudad que premia a los que no se cansan de acumular dinero, y excluye a la gran mayoría del acceso a derechos básicos.

Las mejores tierras de nuestra ciudad están siendo utilizadas para el negocio de unos pocos. Por un lado se siembran grandes extensiones de soja al lado de los barrios periféricos y localidades, afectando directamente la salud de todos los habitantes de nuestra ciudad con las pulverizaciones, y embargando nuestro futuro debido a que las tierras quedarán inutilizables en los próximos años. Por otro lado los countries crecen como hongos, utilizando las redes de servicios existentes y garantizándose un fácil acceso a las autopistas; todo ello al servicio de las espectaculares ganancias del negocio inmobiliario.

Así son las cosas, donde hay un negocio no hay un derecho. Los precios de un terreno, más aún de una vivienda, vuelan al servicio de los intereses de los que se llenan de dinero, haciendo que el derecho a vivir dignamente sea un privilegio de muy pocos. Además, este modelo de ciudad nos obliga a sufrir el daño que causan las pulverizaciones con agrotóxicos en nuestra salud, que no sólo nos enferman, sino que también son parte de una forma de producir alimentos que utiliza la tierra para que pocos acumulen desmesuradas riquezas en vez de producir alimentos sanos y accesibles para todos los habitantes de nuestra ciudad.
          
Aunque sabemos que son muy grandes los intereses de los que defienden este modelo de ciudad para los privilegiados, creemos en la construcción de otra ciudad digna, inclusiva y justa, que permita el acceso de todos a los derechos más elementales.

Por eso nos movilizamos, por eso trabajamos todos los días. Para que la tierra no sea un negocio y todos podamos tener un lugar digno donde vivir; para que se respete el derecho a la salud, y no se puedan desarrollar actividades productivas que nos dañen el porvenir.
          
En esta movilización presentaremos un proyecto para promover jornadas de difusión en diferentes barrios acerca de los perjuicios a la salud que producen los agrotóxicos, y sobre las formas en que la ordenanza aprobada este año que pone límites al uso de estos venenos puede ayudar a organizarse y a denunciar.
También presentaremos un proyecto para la creación de un Banco social de Tierras que garantice que la modernización de Luján no implique el éxodo de quienes no somos millonarios (y no podemos comprar departamentos en edificios de lujo).

Nuestro horizonte es claro, en el camino debemos seguir trabajando para construir un futuro digno, articular nuestras acciones y transformar en potencia organizada toda la rica y diversa experiencia de trabajo colectivo y comunitario que existe a paladas en el pueblo de esta ciudad.
Enviar adhesiones a: mtclujan@yahoo.com.ar
*LUJAN DOS CIUDADES

Contacto: Laura 011 15 4097 0433

*El espacio “Luján 2 ciudades” aglutina a un conjunto de organizaciones y vecinos independientes que desde hace algún tiempo venimos trabajando conjuntamente en el diagnóstico y búsqueda de soluciones ante problemáticas compartidas por la gran mayoría del pueblo lujanense.

Como premisa básica, estamos convencidos de que para cambiar la realidad que nos aqueja el único camino es la solidaridad y el trabajo compartido, sin sectarismos ideológicos ni recetas mágicas. El debate y la participación desde abajo es la forma de “hacer camino al andar”, y de transformar en potencia organizativa nuestras vivencias diarias de trabajadores y lujanenses.

Aunque cuesta visualizarlo, los problemas se repiten, relacionan y unifican. En ese sentido, esta intervención vinculada a lograr un efectivo cumplimiento de la ordenanza que limita el uso de agrotóxicos es un buen punto de partida para pensarnos como espacio autogestionado. En esta problemática se cruzan, con una crudeza contundente, la cuestión de la tierra y la salud. Así como entendemos que no existe justificativo válido alguno para defender cualquier actividad productivo a costillas de la salud de los vecinos, también creemos firmemente que el acceso a la tierra –y consiguientemente a una vivienda digna- no puede reducirse a un negociado inmobiliario.

Así como la tierra debe ser de quien la trabaja tanto en provecho propio como social, el territorio es de quienes lo habitamos y no de buitres especuladores que nos marginan de acceder a un derecho elemental.

Soja y privatización de la tierra en sentido urbanístico son dos elementos del modelo actual que marginan a miles de lujanenses, tanto de las clases socio-económicas más bajas como de los sectores medios, éstos últimos también imposibilitados de adquirir una casa propia y condenados a pagar cuantiosos alquileres que terminan por pauperizar aún más los ya devaluados ingresos domésticos.

En definitiva, son dos ciudades bien marcadas y diferenciadas. Una que aglutina viviendas cuantiosas y cercadas; y un sistema agropecuario a base de soja y agrotóxicos que llena los bolsillos de unos pocos mientras enferma y descuida las necesidades alimentarias de las mayorías. En esa esquema, los “perdedores” del modelo seguimos sufriendo la falta de servicios elementales y, en el mejor de los casos, nos tocan las migajas de un Estado cuyas estructuras se encuentran al servicio de los “ganadores”

.La otra ciudad, aquella que aspiramos a seguir construyendo desde abajo y en conjunto, se sustenta en profundo valores humanistas. La construcción de esa ciudad ya está en marcha en barrios y localidades, donde todos los días la dignidad toma forma de comedores, instancias educativas, propuestas culturales y tantas otras alternativas nacidas de los sectores populares. Tal vez el gran déficit –y el paso a dar- tenga que ver con la falta de articulación entre todas aquellas propuestas que trabajan por una ciudad inclusiva en sus respectivas expresiones.

En ese camino estamos, invitamos a todos y todas lo que quieran sumarse a compartir el sueño y la construcción de una ciudad justa y digna.